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La tragedia de Claudia Mijangos

La primera persona en darse cuenta de la tragedia fue la amiga de Claudia Mijangos, Verónica Vázquez, que había prometido ir en la mañana. Al darse cuenta de lo ocurrido, dio parte de manera inmediata a la fuerza policíaca, que no tardó en llegar. El interior de la casa marcada con el número 408 de la calle Hacienda del Vegil, en la colonia Jardines de la Hacienda, presentaba una escena que parecía sacada de una película de horror. El piso de la sala y las escaleras que iban hacia la planta alta estaban manchados de sangre, al igual que el pasillo entre la recámara principal, la recámara del pequeño Alfredo, la recámara de las niñas y el baño. Los investigadores afirman que por lo menos había 10 litros de sangre distribuidos por la casa. La puerta de la alcoba estaba entreabierta y el cuadro que se ofrecía a los ojos era aterrador: sobre la cama King Size de la recámara principal, se encontraban los cuerpos sin vida de los tres niños de la familia Castaños Mijangos, cubiertos con una colcha de color naranja con vivos blancos, apilados unos sobre otros. A un lado de los niños estaba el cuerpo de una mujer, con sus ropas también manchadas de sangre, con los ojos entreabiertos. En la esquina de la recámara, sobre un sillón, dos cuchillos de cocina, uno de 40 centímetros y el otro de 33 centímetros, ambos con cachas de madera en color café, limpios. Un tercer cuchillo de 31 centímetros se halló en la recámara de las hermanas Claudia María y Ana Belén, caído sobre la alfombra y lleno de sangre desde la junta hacia la parte media de la hoja. Los policías que respondieron al llamado de ayuda esa mañana pensaron primero que la mujer también estaba muerta, porque su ropa y sus manos estaban tintos en sangre, pero después el comandante Adolfo Durán Aguilar, uno de los oficiales que entraron a revisar la casa, le buscó el pulso en el cuello, y se dio cuenta de que todavía estaba viva. Llamaron a la Cruz Roja y enseguida los socorristasllegaron, pusieron a Claudia Mijangos en una camilla y la trasladaron al hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social, mientras que los cuerpos sin vida de los tres pequeños fueron llevados al Servicio Médico Forense.

La primera fotografía de Claudia en el hospital general de Querétaro

Durante varias semanas, la prensa local reportó lo ocurrido. Mijangos fue interrogada y, según narraron en aquella época, no recordaba lo ocurrido y parecía desconocer el destino final de sus hijos, y creía que se encontraban estudiando.Según el interrogatorio, la mujer estaba muerta en vida, y deliraba diciendo que sus hijos dormían y ella debía preparar el desayuno. La sociedad queretana pedía que Claudia Mijangos fuera sentenciada, pero tras las investigaciones se apreciaron los problemas psicológicos que presentaba, por lo que se determinó, tras algunos estudios, que en el momento de la tragedia Claudia Mijangos no se encontraba en buen estado de salud mental-emocional. Se le dio la sentenciamás alta para este tipo de cuestiones, conocidas como inimputables, el 19 de septiembre de 1991 fue recluida en el anexo psiquiátrico del Centro Femenil de Readaptación Social de Tepepan, al sur de la Ciudad de México.

El 24 de abril de 2019 fue puesta en libertad tras cerca de 28 años recluida. Al exterior del penal ya la esperaban dos de sus familiares, quienes llegaron al lugar a bordo de una camioneta Mazda CX7, la mujer vestida de azul y con el cabello rubio subió sus pertenencias a la cajuela de la camioneta y posteriormente abordó el vehículo. El magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), José Antonio Ortega Cerbón, informó que según los estudios hechos a Claudia Mijangos, tendrá que permanecer con constante medicación, revisión y vigilancia, debido a su daño en la salud mental

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